SUPUESTO 2
Supuesto 2: La implementación de los tejidos 3D profundiza desigualdades y genera nuevos problemas
Se supone que, a pesar de su potencial innovador, la implementación de tejidos de máquina 3D terminará beneficiando solo a un sector reducido de la industria textil: grandes corporaciones con los recursos para invertir en tecnología de punta y adaptar sus procesos. Bajo este escenario, la producción se volverá aún más automatizada, eliminando empleos tradicionales en áreas como la confección, el bordado y la costura, dejando a miles de trabajadores sin opciones claras de reinserción laboral.
Además, aunque se presenta como una solución sostenible, la tecnología podría implicar un alto consumo energético, especialmente durante la fase de impresión, y depender de materiales como plásticos técnicos o filamentos sintéticos difíciles de reciclar. Esto podría generar una falsa sensación de sostenibilidad mientras se mantienen o incluso agravan ciertos impactos ambientales.
En el plano económico, la brecha entre países desarrollados y en vías de desarrollo podría acentuarse, ya que estos últimos, dependientes de la industria textil tradicional como fuente de empleo, quedarían desplazados del nuevo sistema productivo. De igual forma, se podría consolidar un modelo de hiperconsumo digitalizado, donde los consumidores, fascinados por la personalización instantánea, compren y desechen prendas impresas en 3D con la misma rapidez que con la moda rápida actual, perpetuando hábitos insostenibles.